Sufrida, pero renovada

La sufrida, pero renovada y nueva Esther, delicada y con pocos sentimientos dedicados al amor.

Entiendo qué, nada más me aferra para llegar hasta tí.
Siento haber fallado a mi mente, siento haber dudado de Tí, siento que nada haya salido como yo he deseado, pero me alegro que Tú hayas renovado mis fuerzas.
Estuve a punto de caer, mis pies no tocaban tierra, el aire se fortalecía y mi piel se rasgaba, sentia necesidad de desvanecer. Buscaba en mi interior Tú voz, pero nada escuchaba.
Ahora estoy llena de esperanzas, aunque mis lágrimas sigan cayendo, con un poco de fuerza en mi interior, y con ganas de luchar y entretener mi ser.
Tal vez he dejado demasiado tiempo entre medio, y la vida me ha engañado haciendome creer que no tenía un valor exquisito, pero aunque mi confianza a veces sea nula, siento qué Tú me has dado un mayor valor que el que yo creo tener.
Por TODO y más: GRACIAS!